"Se aprende a amar la lectura incluso antes de saber leer. Pero ese amor no es innato y depende, en gran medida, de las relaciones de los niños en la primera infancia. Cuando se arrulla a un bebé con nanas; cuando se juega con un niño pequeño a rimas y trabalenguas; cuando la madre, el padre o los abuelos cuentan a los niños sus historias preferidas, ya sean escritas o inventadas. Cuando se le ayuda a relacionar una imagen, una ilustración, con las palabras, se están creando las bases para un futuro lector."
(Pury Estalayo, asesora educativa de Jelly Jamm)
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